Algoritmos y YouTube
ALGORITMOS Y YouTube
Volvemos con otro artículo a nuestra sección del Blog: Uncharted.
Teóricamente «uncharted», en su sentido literal del inglés, significa inexplorado. Aunque, en su concepción original se refería más bien a aquello que todavía no se había pintado en un mapa. Coincidiendo dicha conceptualización con la propuesta de valor que pretendemos reflejar con este blog. Es decir, «mapear» las ventajas competitivas de los negocios que más profundamente hemos estudiado y cuadrarlas dentro del marco social actual. Sobre todo, en lo referente a negocios dentro de los sectores tecnológicos y de media que son los que mejor sabemos analizar.
Comencemos, por tanto.
Hoy nos gustaría hablar acerca del algoritmo que rige YouTube y la modificación que implementaron a principios de este año. Aunque, en las últimas líneas del artículo nos tomamos la licencia de escribir sobre otra temática totalmente diferente, ya que nos ha parecido curiosa y, además, aumenta la interacción con el lector. Además de hacer el artículo más entretenido.
Empecemos poniendo en contexto a aquellos que desconozcan un poco más los movimientos que ha habido en los sistemas de publicidad en los últimos meses. Básicamente, todo comenzó en el mes de febrero cuando a Google se le acusó, dentro de su división de YouTube, de mostrar vídeos de contenido ofensivo junto con anuncios publicitarios de compañías, que obviamente, estaban pagando por mostrar dicha publicidad.
Como bien se puede entender, existe un riesgo de reputación y ninguna compañía, ya sea el caso de Coca- Cola o Mercedes, desea aparecer junto a un vídeo que promueve practicas raciales, ofensivas o de cualquier extremismo.
Para solucionar el problema, Google empezó a tocar los algoritmos de YouTube con el fin de evitar que esta situación se repitiera. Y en apenas mes y medio el 80% de los anunciantes que habían finalizado sus relaciones con la plataforma estaban ya de vuelta anunciándose con total normalidad.
Actualmente tenemos un problema similar con los vídeos que atraen a pederastas. Sin embargo, nos vamos a centrar en el primer caso.
De esta historia extraemos dos hechos:
1.
En primer lugar, esta breve crisis demuestra como la atracción de las plataformas publicitarias basadas en algoritmos es extremadamente más resiliente que las agencias publicitarias tradicionales. Cuando YouTube manifestó los problemas a los que hacemos referencia, muchas publicitarias se alegraron de pensar que las CGP (consumer, good, products) es decir compañías de consumo, bienes y productos (Pepsi, Unilever, Kraft, Clorox…) volverían a ponderar el peso de su publicidad en las agencias publicitarias tradicionales y se alejarían de plataformas digitales como YouTube o Facebook.
Todo lo contrario, en su lugar achacaron parte del problema a las agencias publicitarias que volcaban sus anuncios en estos medios (alegaban falta de vigilancia). Y precisamente incentivaron todavía más la siguiente idea: puesto que las agencias publicitarias cobran para desarrollar una publicidad de la cual realmente han perdido todo el control, pues ya puestos, mejor que las propias CGP decidan qué hacer con su publicidad. Es decir, crear ellos el anuncio y transmitirlo por medio de la plataforma digital que mejor les interese.
Por eso mismo, cuando todo esto ocurrió, desde Andromeda rápidamente concluimos que la afección negativa a YouTube (y por tanto Google, ya que es la dueña) sería mínima. Y como ya sabemos, así ocurrió.
Y lo mismo podemos extrapolar ahora a Facebook y los casos de las cuentas rusas. A los anunciantes de CGP les interesa que los ojos de los clientes lleguen a sus anuncios y la única vía que existe hoy día es Google y Facebook. De modo que, mientras los potenciales clientes (todos nosotros) sigamos gastando tiempo en estas plataformas, los anunciantes simplemente jugarán con la idea de irse en caso de escándalos; pero realmente nunca optarán por marcharse en masa. Y esto mismo lo avalan los datos de Facebook. Desde que se destapó el incidente, hace algo más de un mes, hemos buscado manifestaciones de anunciantes dispuestos a dejar la plataforma. Y no solo es que no hayamos encontrado hechos, es que ni siquiera palabras. Los anunciantes no se van a ir y las agencias publicitarias no les queda nada a lo que agarrarse.
De hecho, si usted tiene pensado pasar a trabajar para una publicitaria en el futuro, piénseselo dos veces. Puesto que el único escenario que visualizamos a un plazo medio es recorte de costes, simplificación de estructuras, fusiones y gasto en digitalización.
Tratado ya este tema, movámonos ahora al siguiente hecho.
2.
Como algoritmos de este tipo son tan extremadamente complejos, es imposible que ocurra una selección ecuánime y justa a la hora de implementar retoques. De modo que, lo que YouTube o cualquier otra plataforma acaban haciendo, por fuerza mayor, es establecer un protocolo acerca de aquello que quieren implementar. En nuestro caso concreto la detección de material ofensivo. De tal modo, una vez implantado el cambio, teóricamente el algoritmo principal que mueve YouTube notaría la presencia de material inapropiado e impediría que se anunciase publicidad en él. Sin embargo, la única manera posible hoy día de hacer esto es con machine learning o deep learning. (Se podría contratar un equipo de 5000 personas para revisar material, pero eso sería tan del «Paleolítico» como construir semiconductores a mano).
Sin embargo, el deep learning no es perfecto. Hoy día utilizar estos sistemas para la distinción en fotografías de gatos respecto a perros tiene un acierto del prácticamente 100%. Pero para un vídeo de 15 minutos donde hay gestos, comentarios, bromas, etc. la fiabilidad no llega a ese 100%. Así que el algoritmo produce fallos. Fallos que intencionadamente YouTube permite, e incluso, hasta impulsa. Es decir, para no pillarse los dedos, YouTube se vuelve extremadamente conservador con lo que se dice, hasta el punto de acabar dando prioridad a los canales que sabe que minimizan las probabilidades de que aparezca este contenido, frente a aquellos que sabe que sí puede aparecer. Y es por eso mismo, por lo que muchos canales de YouTube, que hasta ahora habían funcionado estupendamente, están comenzando a experimentar movimientos extraños en sus usuarios. Los ejemplos son notificaciones mal ejecutadas, directos que no se comunican, no aparecer en rankings, no aparecer en vídeos más populares y un largo etcétera.
Y tiene toda la lógica para YouTube, ellos son contenido free, es decir, no producen como tal nada (excepto en su servicio RED) de modo que les da igual el contenido, con tal que de que la audiencia siga dentro de la plataforma y crezca. Y con la cantidad de contenido que hay, seguro que los usuarios pueden moverse a otros canales menos conflictivos en los que introducirles publicidad.
De todo ello surgen algunas de nuestras predicciones, como las siguientes:
- Que mucho “YouTuber” famoso, con gran número de seguidores, va a empezar a sufrir problemas debido a que YouTube no puede garantizar el contenido de esta gente. Y por tanto su algoritmo no los va a promover.
- En consecuencia, muchas de estas personas, por imperativo del algoritmo (ya no es la ley la que manda…) tendrán que dejar la red.
- También pensamos que mucho canal de contenido focalizado en temáticas concretas se va a ver beneficiado. Sobre todo si es de corte educativo.
- Y que el gran ganador por accidente de toda esta historia es Twitch de Amazon, debido a que mucho productor de material de YouTube se va a cambiar de plataforma. Además, en el caso de Twitch la monetización es algo distinta, así que no existen tantos problemas con todo esto de los anunciantes.
Misma historia ocurre con Instagram, donde hemos estado trabajando en los últimos meses con distintas compañías que analizan los datos de la red con el fin de entender los retornos de la inversión de las publicitarias. Y resulta que es mejor anunciarse en una “Instagramer” de tamaña reducido que en las grandes y famosas. Ya que estas ultimas suben tanto contenido a sus perfiles que el “engagement” del usuario es mucho más bajo.
De hecho, avalando nuestra teoría de YouTube y el contenido focalizado. Y no solo en YouTube, sino en la red general. Tenemos los casos de prensa digital americana de contenido generalista como Buzzfeed que están atravesando problemas financieros frente a medios de temática concreta que sí logran monetizaciones. Y que sobre todo, que no viven de la publicidad, sino de modelo por suscripción.
Al final, lo curioso de todo esto, es como YouTube, sin que prácticamente nadie se entere está moviendo a todo el sector. Y lo que hace unos años era la panacea, es decir, el producir contenido digital, ahora resulta que no es tan fácil. Porque si tu contenido es conflictivo, el propio algoritmo que te dio la vida te va a matar. O si resulta que has alcanzado demasiado número de seguidores, las empresas empiezan a detectar que sus ROEs publicitarios caen, y el algoritmo te va a empezar a penalizar. Tal y como si todo fuese gravitacional, el influencer que crece demasiado, empieza a ver como su monetización no sigue el mismo patrón.
Pero es que precisamente, si estudiamos los movimientos publicitarios del último siglo, vemos como todo esto tiene sentido. El anuncio “analógico” estaba destinado a una masa cuanto más grande mejor, con la esperanza de que algún potencial cliente se encontrase dentro del grupo. Pronto, al aparecer más contenido «analógico» se intentó segmentar en grupos de población dicha publicidad. Finalmente, con el digital, se dio todavía un paso más en la focalización del potencial consumidor. Pero por primera vez en la historia ha ocurrido el problema de que el contenido fuese inapropiado. Cosa que en la época anterior resultaba imposible, ya que el contenido estaba en posesión de grupos mediáticos.
Y concluyendo, eso es lo que pasa… El contenido digital que vive de la publicidad y es mínimamente conflictivo o existe el riesgo de ser conflictivo pierde monetización en favor del contenido apropiado. Así que si se desea ser conflictivo, la única alternativa que queda es crear un modelo de suscripción. Y luego rezar para que funcione.
Para finalizar. Y sabemos que esto no tiene nada que ver con lo anterior, pero es que nos ha hecho mucha gracia y no podíamos resistir la tentación, hablemos brevemente de Advanced Micro Devices (AMD)
Normalmente las tarjetas gráficas de los ordenadores ya sean de Nvidia o AMD, las puedes comprar directamente a estos o a los ensambladores oficiales que les hacen retoques estéticos y overclock en ciertas ocasiones. El overclock es aumentar las prestaciones del procesador. En castellano… que tu procesador rinda todavía más. Esto es así porque algunos procesadores cuando viene de fabrica no van a potencia completa y se les puede subir. Bueno… realmente ninguno va a potencia completa, pero dependiendo de la gama a algunos se les permite hacer overclock y a otros no. Depende el que cada uno se quiera comprar. El caso es que esto es lo que ha pasado.
El ensamblador de tarjetas gráficas de AMD llamado XFX ha presentado esta semana la primera tarjeta Vega 64 con underclock. Si, si, underclok. Significa básicamente, que la Vega 64 es tan mala y consume tantísima potencia, que como la pongas a los megahercios a los que «tira» de fábrica existe el riesgo de que te queme el equipo. Así que necesitas un buen sistema de refrigeración. Pues bien, para evitar esto, XFX le ha bajado la potencia. Cosa que nunca se hace en la industria del hardware. Sino que, precisamente los ensambladores les suben las potencias, como hemos dicho anteriormente. Pero bueno…es que esta gráfica puede, posiblemente, haber sido la peor de historia. Y no sólo eso, encima XFX la ha diseñado terriblemente fea (el otro día pusimos la foto en twitter pero la reproducimos nuevamente aquí). Si es que hasta los PCI express van en todo el medio…una chapuza se mire como se mire. No la compréis.
<Try, Think, Learn>
Disclaimer: este artículo es únicamente de opinión y no supone ninguna recomendación de compra o venta. De vez en cuando escribiremos acerca de compañías que se encuentren en nuestro portfolio, pero las expresiones aquí expuestas no suponen un modelo de valoración.